Hoy, adulto, lleva sus chicos al colegio y a sus actividades deportivas. No pierde casi ningún evento en los que participan y deja todo por ellos.
Sus momentos más inmensos suelen ser cuando pueden fundirse en un abrazo, cuando le piden consejo, cuando sonríen juntos y comparten momentos.
Sabe todo lo que un padre puede dar por sus hijos, y todo lo que puede recibir de ellos en cada instante compartido.
Hoy, su padre, sigue atiborrado de compromisos como para poder visitarlo.